Cerramos esta serie de entradas dedicadas a la movilidad Erasmus+ en Finlandia de 2023 con dos pequeños relatos y reflexiones personales de las protagonistas.

Ana Cantero

Empezamos esta experiencia muy emocionadas por todo lo que nos esperaba. Tras haber conocido a la coordinadora Soila Jaakkola y la profesora de flauta Sari Latonen participamos en distintas clases, cada cual especial a su manera: clases colectivas de flauta, educación auditiva y una clase especial sobre cultura y historia de Finlandia.

Con Sari Latonen, nuestra profesora de flauta

Durante los ratos libres hicimos varias actividades de inmersión cultural como conocer el centro de Helsinki, asistir a  conciertos en el Musikkitalo (la “Casa de la Música”) o visitar la isla de Suomenlinna.

En Senatintori, realizando una visita cultural al centro de Helsinki

También aprovechamos el fin de semana para hacer una excursión inolvidable a Rovaniemi que nos permitió conocer la cultura y naturaleza de Laponia.

Disfrutando de un paseo en trineo cerca de Olkkajärvi

Sauli, nuestro reno

Para mí esta experiencia ha sido increíble en todos los sentidos. Hemos estado conviviendo con la cultura, y sobre todo haciendo música y enseñándoles un poquito de la nuestra.

Uno de los conciertos al que fuimos en Musikkitalo fue un concierto de solistas junior, los solistas tenían hasta 15/17 años. Es un proyecto que nos gustó mucho porque además de tocar como solistas formaban también parte del tutti y tenían tutores asignados en la orquesta; fue algo que nos llegó muy dentro, porque se palpaba una relación muy especial de complicidad entre todos ellos. A mi este concierto me emocionó muchísimo, me di cuenta de que esto que estoy haciendo, hacer música, me encanta. 

Es muy interesante la diferencia con respecto a lo que conocemos, tanto académicamente como en el resto de aspectos. Helsinki es una ciudad muy cómoda, es muy amplia pero todo está cerca y el transporte público es muy accesible. 

Personalmente, la experiencia Erasmus es muy enriquecedora ya que aprendes a vivir fuera de tu zona de confort y aprendes más cosas de ti mismo y de otras personas. Es una experiencia que recomiendo a todos hacer en algún momento de su vida para crecer tanto como músicos como personas. Y estoy muy agradecida por haber podido formar parte de esto y agradecida a las personas que lo han hecho posible.

En Santa Claus Village junto a nuestro profesor y acompañante Hernán Milla

Laura de Toro Asensio

Me siento inmensamente afortunada de haber podido vivir una experiencia así, pues todo loque me ha aportado han sido cosas buenas. Decidí presentarme al concurso porque me parecía una oportunidad increíble para descubrir mundo y formarme, tanto a nivel musical como personal. Y ahora puedo afirmar que este viaje me ha proporcionado justo eso y he vuelto a España con momentos inolvidables, ganas de seguir esforzándome y trabajar, más confianza en mí misma y muy agradecida por la inmejorable compañía que he tenido, pues Ana y Hernán han hecho que esta experiencia sea aún mejor de lo que ya pensaba que sería.

Me gustaría añadir que el haber podido disfrutar de todo esto ha sido gracias a mi profe de flauta Rosa, porque me transmite confianza, energía y me anima incesantemente a que participe en este tipo de proyectos para seguir creciendo.

Este viaje me ha dado la oportunidad de conocer a Sari y Soila, profesoras del conservatorio, que nos han enseñado tanto. Además, he descubierto como es la cultura finlandesa y a su vez hemos podido mostrarles alguna que otra costumbre española. De hecho, creo que algo muy especial es que hemos aprendido mutuamente de ambos países, realizando un intercambio cultural que nos ha unido mucho. Ha habido cosas que me han sorprendido de sus costumbres y forma de vida, como la importancia de la sauna como espacio en el que conversar y relacionarse, así como la limpieza de las calles y lo mucho que cuidan la naturaleza y el medioambiente, lo cual me parece algo ejemplar. Otro aspecto que me llamó la atención es la tecnología con la que allí cuentan y el concepto de “todo es de todos”, pues cuando visitamos la biblioteca Oodi, vimos que hay impresoras 3D, máquinas de coser para confeccionar cada uno su propia ropa, cabinas de estudio y grabación musical donde se pueden tocar varios instrumentos,… y todo a disposición de los socios. 

El impresionante edificio de Oodi, la biblioteca pública central de Helsinki

Impresoras 3D en la biblioteca

Interior de la bilbioteca

Además, se toman muy enserio las alergias alimentarias e intolerancias, por lo que, en mi caso, que soy intolerante a la lactosa, pude degustar todo tipo de platos y dulces típicos, cosa impensable en otros países.

El maravilloso “graavilohi”, salmón marinado

Leipä juusto (queso lapón) y mermelada de Lakka (una fruta que crece en las regiones árticas)

Tardé un poco en acostumbrarme al carácter de los finlandeses, pues son personas mucho menos abiertas que nosotros y dan bastante importancia al espacio personal, aunque luego descubrí que también es por respeto hacia la otra persona. Sin embargo, al final de nuestra estancia en Helsinki, pudimos entablar una entrañable relación con Soila.

Con la Coordinadora Erasmus, Soila Jaakkola

Además, quiero señalar el día del concierto en la cafetería, pues para mí fue todo un honor poder tocar y bailar flamenco para todos los presentes, tras las clases y geniales consejos de nuestra profesora de flauta Sari, de los que siempre me acordaré. Gracias a ella y a todas las horas de estudio de las que disponíamos he notado una mejoría y he ganado más confianza tocando.

Por todo ello, animo a todo el mundo a presentarse al proyecto Erasmus y dejar de lado todo tipo de temores a salir de “la zona de confort”, pues es precisamente eso lo que ayuda a descubrir y disfrutar de cosas nuevas y a desarrollarse como persona.

Después de una jornada de clases disfrutando de un café junto al mar helado en Café Regatta

Atardecer en Suomenlinna